El póker es un juego que mezcla azar y estrategia y, además de ser muy entretenido, su aprendizaje constituye un verdadero desafío para nuestra mente.
La sagacidad juega un papel fundamental en este juego, ya que es muy habitual que el ganador de una mano no sea el que tiene las mejores cartas sino aquel que logre convencer a su adversario de que tiene el mejor juego, aunque esto no sea verdad.